Hubo una vez una bruja que volaba con su gata. Llevaba un sombrero negro y una trenza roja y larga. Fue perdiendo algunas cosas y amistades generosas, le ayudaron a encontrarlas. Sufrieron algún percance y gracias a un truco agraciado, lo arreglaron en equipo y la alegría multiplicaron.
La práctica teatral implica el aprendizaje y entrenamiento de multitud de competencias: control y expresión del cuerpo y la voz, ritmo, imaginación, creatividad, trabajo en equipo, seguridad, autoestima, confianza… Por este motivo, su propia esencia convierte al Teatro en una herramienta potentísima para acompañar a los niños y niñas durante su desarrollo. Pero sobre todo el teatro es juego, y no hay nada mejor que aprender jugando.